Llevo a Khumba a la peluquería canina. “Corte y baño”, pido. No puedo hacerlo en mi casa. Ya lo he intentado. No tengo el equipo ni la paciencia. Por eso es bueno que exista ese tipo de servicio para personas como yo: flojas. Uno paga y listo. Luego de un par de horas, me entregan … Sigue leyendo
Me salen raíces esperando al Metrobus. Es una infamia tener que esperar media hora por un viaje de veinte minutos. Sin embargo, la espera me permite ser testigo de lo orgánica que es la ciudad. Plantado en la cola pensando obscenidades, aparece una criatura trotandito con la mano en el cierre del pantalón. El individuo … Sigue leyendo
Cuando la calle habla, hay que obedecerla. Veo un letrero que dice: “Tócate”. Como tengo un berengenal de cochinadas en la cabeza –todo es culpa de la televisión– la consecuencia inmediata de leer el cartel es hacer la mueca de risa estúpida. Sin embargo esto es un asunto serio. La orden es hacerse un autoexamen … Sigue leyendo